Larva es una de las pocas revistas colombianas que dedica sus páginas a publicar historietas de artistas de nuestro país e internacionales, además de incluir artículos acerca de diversas temáticas y discusiones alrededor del mundo de los cómics. Larva también está a cargo del Festival Entreviñetas, evento dedicado a las historietas que ha contado con la participación de reconocidos autores del medio, tanto locales como provenientes de diferentes lugares del mundo. Daniel Jiménez, su editor, respondió algunas preguntas planteadas por el club acerca de Larva.
Larva lleva
comercializándose desde el 2006 y es de las pocas publicaciones en nuestro país
especializadas en historietas. Cuéntennos más acerca de la creación y el
contenido de la revista.
La revista comenzó como un fanzine universitario en el que
se publicaron, al menos hasta el tercer número, los trabajos de sus creadores.
No había mayor ambición editorial detrás de ella. Sin embargo, con el paso de
unos cuantos meses y muchas conversaciones, nos dimos cuenta que LARVA era
recibida con algo parecido a un interés o curiosidad y que en esa medida podía
responder mejor a ciertas expectativas. Para entonces no existía ya en Colombia
una revista que reuniera los trabajos de nombres representativos de una escena
nacional del cómic, al menos del tipo que nos interesaba y nos sigue
interesando: un cómic en el que cada responsable llevara un estilo particular,
tanto en lo gráfico como en lo narrativo, uno en el cual no existieran
condiciones o ecos impuestos por tendencias ajenas, un cómic que, en
definitiva, le diera a cada autor la posibilidad de expresar, a través de los
mecanismos de la narración gráfica, su particular visión de las cosas, de su
mundo, sus intereses, frustraciones, victorias cotidianas. Un cómic de autor, dicen algunos que se
llama. No existía entonces esa publicación, como dije, una que además tuviera
el apetito de querer ser distribuida en varias ciudades y lograr una relativa
resonancia o eco con sus contenidos, más allá del ya marcado público lector de
cómic; no existían en el 2006 o 2007, que fue cuando comenzamos a pensarlo así,
y los antecedentes inmediatos eran revistas como ACME o Agente NaranJa!,
que habían sido editadas a finales del siglo anterior, entre otras tantas
publicaciones aún más efímeras, espacios editoriales que, con aciertos o
errores, habían logrado invitar a distintos autores y ser puntos de encuentro
para ese tipo de cómic en el país. Quisimos entonces creernos el cuento de que LARVA podía llegar a ser algo así, por
lo que nos embarcamos en una nave editorial con todo y los riesgos de tiempo,
dinero, ánimos y conocimientos que eso implicaba, siendo además inexpertos
marineros. Echamos mano de las
referencias, de lo que se había hecho antes,
y con respeto pero también con ojos críticos y cínicos sobre las
publicaciones que nos antecedieron, comenzamos a engordar la revista con ideas,
con quiebres editoriales que llevaron a que nuevos nombres, colombianos y
también extranjeros (a manera de diálogo entre autores de distintos
nacionalidades y con distintos estilos), se integraran a la plantilla de la
revista. Planeamos secciones, creció la cantidad de páginas y buscamos la
manera de financiar el proyecto para que pudiera existir de manera
independiente, como una voz única dentro del panorama editorial colombiano. La
revista cumplió 7 años el pasado 31 de octubre; hemos cosechado logros y
también muchos errores, pero se puede decir que hemos aprendido, que ha sido
una intensa escuela, y que hemos sabido de la terquedad como ingrediente mayor
para persistir en esto que hacemos. Este año, el 2013, ha sido una suerte de
paréntesis en el cual nos hemos replanteado cosas, en el cual nos hemos
cuestionado acerca de nuestro ejercicio editorial, de las posibilidades y
razones y ambiciones que pueden rodear a un proyecto de este tipo. Pronto, en
cuestión de semanas, llegaremos con avances o noticias de lo que vendrá en el
futuro cercano para LARVA, los nuevos pasos que esperamos le den aún mayor
impulso a esas intenciones que todavía conservamos.
¿Cuántas personas están
detrás de la producción de Larva y cuáles son sus funciones?
Al día de hoy se pueden contar 3 personas. Nos repartimos
todas las funciones, desde lo editorial hasta lo comercial, pasando por las
tareas de distribución y promoción. Como conté antes, ha sido un año de cambios
y estamos planeando crecer en varias direcciones, así que seguro ese equipo se
ampliará y las funciones se agitarán. Ya lo veremos.
¿Dónde se pueden
conseguir los números que se han publicado de la revista?
En la actualidad solo pueden conseguirse a través de venta
directa, es decir, con nosotros mismos, bien sea escribiéndonos un correo (comercial@revistalarva.com) para
hablar de las condiciones de compra, o en ferias o eventos en los que
participamos. A comienzos de año tomamos la decisión de retirar la revista de
librerías y otros puntos de venta para realizar un inventario general (cosa que
nunca habíamos hecho con rigor) y para allanar así el camino para lo que será
el regreso de la edición impresa en el 2014. Dentro de pocos días, debo
advertirlo en todo caso, tendremos disponible una plataforma de “tienda en
línea” en la cual se podrán adquirir nuestros productos directamente, desde los
16 números que se han editado a la fecha hasta ediciones especiales o cualquier
otro tipo de “pendejaditas varias” que hemos hecho y que se han distribuido de
manera restringida.
¿Cuáles autores de
cómics, nacionales e internacionales, son los más queridos/admirados por Larva?
Esta lista es variable, es decir, se transforma cada tantos
meses. Además, puede ser una lista tan caprichosa que se hace extensa, por lo
que atinar a una respuesta precisa, corta, y que no sea un infierno de la
ñoñez, es casi imposible por ahora, al menos para este espacio. Los nombres son
conocidos, en todo caso, solo hay que ver lo que hemos publicado o los libros
que reseñamos o los autores a los cuales les dedicamos los clubes de lectura y
conferencias que coordinamos. Lo dejamos a su curiosidad, no es difícil seguirnos
la pista por ahí en redes sociales, por ejemplo.
¿Existe algún tipo de
cómic que no puedan soportar?
No es cuestión de “soportarlo” o no, más bien se trata de
una cuestión de intereses. Podemos leer muchos tipos de cómic y casi todos nos
llaman la atención, al menos para saber qué está bien y qué está peor. Sin
embargo, de ahí a que todos nos interesen o, mejor, entusiasmen… pues hay
sendas diferencias. Somos exigentes, pero no matamos a la curiosidad en la
primera cita. ¿Qué es entonces lo que no nos interesa? Las salidas fáciles, los
lugares comunes, los estilos gráficos y narrativos calcados de otros autores,
de mercados o fórmulas repetidas hasta el cansancio. Es mejor, tal vez más
fácil o claro o puntual o necesario, responder qué es lo que nos interesa, cosa
que ya quedó dicha en la primera respuesta a este cuestionario.
Larva es la
organizadora del festival internacional de cómics Entreviñetas que se lleva a
cabo en varias ciudades del País. ¿Cómo surgió esta iniciativa? ¿Cuáles son sus
objetivos?
Luego de un par de años al frente de varios ejercicios y
espacios de promoción de la cultura del cómic, de la lectura y creación de
contenidos gráficos, decidimos que era hora de convencernos y convencer a las
personas de la necesidad de un evento de cómic nacional, uno elaborado con
criterio, con una programación de actividades amplia y rica en eventos, en
invitados, en enfoques y discusiones. Eso sucedió en el 2010 y ya van cuatro
versiones consecutivas. En pocas palabras, Entreviñetas se trata de un festival
de cómic en el cual, sí, el cómic es el principal protagonista a partir de los
autores invitados (nacionales o internacionales, reconocidos o emergentes) y
los lectores y el intercambio creativo que pueda darse entre ellos. Una de las
motivaciones que llevaron a la creación del festival se sostiene: un evento en
el que el cómic es el eje esencial, el cómic como arte narrativo y gráfico.
Durante mucho tiempo ha habido eventos en Colombia que sostienen ser amigables
o tener contenidos devotos hacia el cómic, sin embargo, si uno va a ver,
simplemente se trata de eventos salpicón en los que el cómic es un actor de
reparto en medio de otras tantas cosas que por parecidas no es que sean del mismo calibre. Son eventos en los que
el cómic y su valor como práctica narrativa, como arte y como lectura, se
pierde borrosamente en medio de caricaturas, de cosplayers, de plastilinas y videojuegos. No odiamos a ninguna de
esas cosas, incluso somos fieles seguidores de una o dos en esa lista, pero sí
podemos sostener que, evidentemente, no son cómics y no hablan de los cómics y sus contenidos.
Entonces en Entreviñetas, con la misma terquedad que realizamos la revista,
apostamos por los contenidos, por eventos básicos como charlas, exposiciones o
talleres en los que se dé cuenta de las múltiples posibilidades creativas del
cómic, del cómic y su rigor propio como arte narrativo y secuencial, como
práctica gráfica, y su relación con otras manifestaciones artísticas.
¿Cuáles puntos
consideran son los que más necesitan trabajo para consolidar una cultura de
lectura y producción de cómics en Colombia?
Romper el cascarón del nicho, ese es el mayor reto. Hay que
llegar a ese público que todavía sospecha que el cómic es un asunto de
iniciados, de expertos friquis, de miedosas cofradías. Ya no son épocas para
estar encerrado en el autismo creativo, mucho menos para sostener peleas de ego
con otros grupos o autores que estén produciendo en el país. Hay que continuar
produciendo cómics, hay que hacer, así de fácil, sin creerse un héroe imposible
e incomprendido por un país. Hay que escribir, dibujar y publicar cómics, bien
sea con una editorial (afortunadamente hoy en día ya existen opciones para
hacerlo, en Colombia y el exterior) o por cuenta propia, cómics ojalá cada vez
más centrados en la originalidad del medio y que no subestimen a los lectores
ofreciéndoles fórmulas de cajón. Se necesita de ambición creativa, de
contenidos pensados, de originalidad gráfica, pero también de un criterio y una
autocrítica que pueda llevar a madurar los trabajos y las formas de producción
en el cómic nacional. Se necesita de un trabajo editorial, también, y de
escenarios de distribución y promoción. En la marcha, mientras se logre mayor
resonancia, se podrá hablar de posibles alternativas de profesionalización,
pero mientras no exista una producción constante y elaborada, mientras no se
piense en el público más allá de las simples ambiciones del merchandising, será difícil pensar en la
sostenibilidad de la escena en Colombia. Ese se nos antoja como un camino
posible, quién sabe.
Por María Camila Núñez B.
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